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sábado, 4 de febrero de 2017

"Ariel Winograd ¿El Carlos Schlieper de nuestra época ?"

El tiempo dirá !  Lo concreto es que ambos directores (cada uno en los años que le tocó vivir) profesan una pasión desenfrenada por la comedia, y por trabajar en un sistema industrial que se acomoda a la perfección al ritmo de su cine.

Carlos Schlieper (1902-1957)  es, como no hubo otro en el cine nacional, el experto en comedias por excelencia. A pesar de haber dirigido excelentes melodramas (El deseo, La honra de los hombres, Las tres ratas) lo que siempre quiso hacer fueron comedias. Su educación europea de clase alta le proveyó una educación amplia y moderna. Hablaba cinco idiomas y le gustaba leer los clásicos de la literatura en su idioma original. Vivió en una familia donde las mujeres eran universitarias y donde los prejuicios de una sociedad machista no tenían entrada. Todo eso se vería aplicado luego en sus films, casi siempre protagonizados por mujeres modernas y decididas. Schlieper no era un gran admirador del cine argentino, más bien lo contrario. Criticaba su excesiva solemnidad y la escasa sobriedad de los intérpretes. Sus referentes cinematográficos eran los de la comedia americana. Howard Hawks (La adorable revoltosa) y Preston Sturges (Los viajes de Sullivan), pero sobre todo Ernst Lubitsch (Ser o no ser). También algunos films de los franceses René Clair y Jean Renoir estaban entre sus favoritos. En lo que a cine argentino se refiere admiraba a un director: Manuel Romero (La rubia del camino), otro experto en comedias veloces. También le gustaba la comedia road movie Yo quiero morir contigo, de Mario Soffici. La pasión de Carlos Schlieper por la comedia asomó en algunos de sus primeros films, en particular Si yo fuera rica, Mañana me suicido y El sillón y la gran duquesa. Pero luego de sus éxitos, la industria lo "ascendió" a los dramas y allí se quedó hasta que en 1947 logró volver a lo que mejor sabía hacer.


La comedia de la vida

Con el El retrato -su mejor film, aunque sea difícil de encontrar hoy en día- Carlos Schlieper arranca con una serie de comedias que son lo mejor del género durante la Edad de Oro del cine nacional. El esquema básico solía repetirse y encajaba dentro de lo que se conoce como screwball comedy, una comedia de enredo matrimonial como aquellas que protagonizaban Cary Grant y Katharine Hepburn entre mediados de los `30 y principios de los ´40. Dentro de ese subgénero de la comedia, el realizador se dedicó a aquellas donde un matrimonio perdía su pasión al comienzo de la historia y, luego de una serie de vueltas, recuperaba el rumbo. Si uno lee con sutileza muchas de las historias notará que de lo que verdaderamente hablan es de las segundas nupcias y no de la recuperación de matrimonio, pero la censura siempre vio mejor que las cosas quedaran dentro del casamiento. Pero Schlieper no encajaba en ningún esquema y, más allá del género, siempre logró incorporar elementos propios que no aparecían en ningún otro realizador. "Arroz con leche" y "Esposa último modelo" están entre sus comedias más brillantes y originales y, sin duda, entre las que mejor representan su universo. 

Hizo brillar a grandes Estrellas como Olinda Bozan, Juan Carlos Thorry, Amanda Ledesma, Mirtha Legrand, Angel Magaña, Malisa Zini, Esteban Serrador, Maria Duval, Zully Moreno, Amelia Bence, Alberto Closas, Carmen Sevilla, Osvaldo Miranda, Amelita Vargas, Delia Garcés, Jorge Rivier y Laura Hidalgo. 

Las mejores comedias de Carlos Schlieper:
Si yo fuera rica (1941)
Mañana me suicido (1942)
El sillón y la gran duquesa (1943)
El retrato (1947)
La serpiente de cascabel (1948)
Cita en las estrellas (1949)
Cuando besa mi marido (1950)
Esposa último modelo (1950)

Arroz con leche (1950)
Cosas de mujer (1951)
Mi mujer está loca (1952)
Los ojos llenos de amor (1954)
Mi marido y mi novio (1955)
Alejandra (1956)




























EL CINE DE ARIEL WINOGRAD : 
Winograd nació en Buenos Aires. (1977) Se graduó como director en la Universidad del Cine.1
Los primeros trabajos de Winograd como director fueron cuatro cortometrajes, que como particularidad todos ellos estuvieron protagonizados por actores enanos. Posteriormente hizo un documental titulado Fanáticos. Su primer largometraje, Cara de queso -mi primer ghetto- (2006), una película basada en su propia vida que cuenta la historia de unos jóvenes judíos en un country.2 En 2006, trabajó en Inside Man de Spike Lee.3
Además de dirigir películas, Winograd realizó videoclips de bandas como Massacre ("Te leo al revés") y Los Tipitos ("Algo").
Su segundo largometraje, la comedia Mi primera boda, se estrenó en el año 2011 y fue protagonizada por Daniel Hendler y Natalia Oreiro. La película trata sobre un casamiento en donde todo sale mal. Winograd comenzó a escribir el guion basándose en su propio casamiento con la productora Nathalie Cabiron. Sin embargo, Adrián Garelik se incorporó al proyecto para reescribir el guion.4
En 2013 estrena Vino para robar, la cual logró ser vista por 57.258 personas, fue bien recibida por la crítica y recibió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Fue rodada en Buenos AiresMendoza y FlorenciaItalia. Contó con las actuaciones de Daniel HendlerValeria Bertuccelli, Martín Piroyansky y Pablo Rago.
En 2015 el director vuelve al cine con la comedia Sin hijos, protagonizada por Diego Peretti y la actriz española Maribel Verdú. Fue bien recibida por la crítica y el público, siendo vista por más de 88.000 personas en su primera semana de estreno. Se posicionó entre las tres películas más vistas según la consultora Ultracine.
En 2016 estrenará Permitidos, protagonizada por Martín Piroyansky y Lali Espósito.







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