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domingo, 3 de diciembre de 2017

LAURA HIDALGO, UNA DIOSA DE RARO MAGNETISMO

Nacida en Rumania el 1 de Mayo de 1927 en el seno de una familia judia  (su verdadero nombre Pesea Faerman)  Se afincó de pequeña en la Argentina junto a sus padres y al llegar a la adolescencia comenzó a sentirse atraida por la actuación,  estudió en la escuela de Arte Escénico de la Sociedad Hebraica Argentina con Hedy Crilla.  Por esos años la industria cinematográfica argentina vivía años florecientes,  y empezó su busqueda de trabajo en los estudios que imperaban en la época;  luego de aparecer fugazmente en algunos bolos;  en 1949 participó en un concurso de nuevos valores organizado por la revista ANTENA,  y fue seleccionada por el productor y protagonista Armando Bó -que le dió el nombre artistico que usaría en toda su carrera- para actuar en el film SU ÚLTIMA PELEA,  después de la película de Jerry Gómez tuvo papeles secundarios en varios titulos: "Cinco grandes y una chica",  "El morocho del abasto",  "Derecho Viejo",  entre otros.  En 1951 llegó su consagración definitiva con LA ORQUIDEA de Ernesto Arancibia para Argentina Sono Film,  luego llegarían EL TUNEL,  LA BESTIA DEBE MORIR,  ARMIÑO NEGRO,  MARIA MAGDALENA,  CAÍDOS EN EL INFIERNO,  todas de gran éxito,  sin olvidar sus actuaciones en México y España:  "Las tres perfectas casadas" (1953, trabajo que le valió una candidatura al premio ARIEL) de Roberto Gavaldón y "El tren expreso" (1955) de León Klimovsky.  En 1956 se estrena MAS ALLÁ DEL OLVIDO de Hugo del Carril,  que muchos consideran su mejor trabajo,  componiendo dos personajes:  Blanca y Monica.  Y sus dos últimas películas "Las campanas de Teresa" (deliciosa comedia de Carlos Schlieper) y "La mafia del crimen (1958) de Julio Bracho en coproducción con México.
Dueña de una notable belleza,  una poderosa presencia y personalisimas inflexiones de voz,  que demostraban que era una rotunda actriz  (pese al ninguneo de la crítica especializada)  Entre los 22 y los 30 años filmó 16 películas.  Falleció el 18 de Noviembre de 2005 a los 78 años de edad.
Su carrera fue extraña, por lo corta, exitosa y notable.





viernes, 20 de octubre de 2017

EL ADIÓS A UN GRANDE

Lamentamos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro asociado, Federico Luppi.
Federico protagonizó decenas de películas inolvidables a lo largo de su carrera, como “La Patagonia rebelde”, “Caballos Salvajes”, “Cronos”, “Sol de otoño”, “El laberinto del fauno”, “Un lugar en el mundo”, “Plata dulce”, entre muchas otras y fue laureado con premios internacionales incluido el premio a Mejor Actor del Festival de Cine de San Sebastián por su labor en “Martín (Hache)” de Adolfo Aristarain.
Estos últimos años pudimos disfrutar sus inquietantes composiciones actorales en “Al final del túnel” de Rodrigo Grande y “Nieve Negra” de Martín Hodara.
Por siempre en la pantalla. Que en paz descanses, Federico.

jueves, 19 de octubre de 2017

UNA OBRA MAESTRA DE VIGENCIA IMPLACABLE

NETWORK: PODER QUE MATA
Texto: Hernán Montecinos
Film norteamericano (año 1976), ganadora de 4 premios Oscar: mejor actor (Peter Finch); mejor actriz (Faye Daneway); mejor actriz secundaria (Beatrice Straight) y mejor guión (Paddy Chayesfsky)
Bajo la conducción de Sydney Lumet esta película es el fiel retrato de un mundo competitivo donde la búsqueda del éxito importa más que cualquier otra cosa, un espacio donde obtener el mejor rating impone una implacable dictadura. Título mítico de los años 70, olvidado con posterioridad, nos presenta con maestría personajes controvertidos que se agitan en medio de un mundo tras bambalinas donde se planifican programas y noticieros que distorsionan y "farandulizan" la realidad.
Han pasado más de 40 años desde que se rodó esta película y es de una vigencia que asombra. Un excelente guión, salpicado con notas de humor corrosivo revela el mundo televisivo tal cual es, adentrándose en lo más profundo de sus entrañas. Unos diálogos magníficos, en boca de unos personajes, cual de todos mejor retratados: un lunático locutor de televisión que se cree un Mesías, un directivo trepador y sin escrúpulos, una joven periodista ambiciosa, o el último reducto de la decencia periodística, encarnado por un impecable William Holden.
Con mucha dificultad se puede encontrar en toda la historia del cine una película que retrate el giro que dieron los medios de comunicación en la década de los setenta, pasando descaradamente de la información a la desinformación. Revelando un cambio generacional de magnitud en los medios televisivos, esta película no deja de ser, para su época, valiente y reveladora por la naturaleza de sus mensajes muy bien llevados por uno de los mejores guiones jamás antes visto en el cine.
Exponente de un cine que ya no se hace. Un cine crítico, maduro y con un sentido del ritmo y del espectáculo que no tiene parangón, en cuanto a poner al desnudo una sociedad despiadada y carente de valores. Un film que ahonda en el mundillo del poder, la comunicación y la volubilidad de la conciencia del ciudadano norteamericano.
Sin duda, entre sus muchos méritos sobresalen los descollantes diálogos creados por Paddy Chayefsky, uno de los más renombrados y experimentados guionistas del cine hollywoodense. En 1976 Chayefsky, supo ver cuarenta años antes, en lo que se iba a convertir ese invento tecnológico, invasor de nuestros hogares. Y tanto es así, que una crónica reciente nos revela que el guión de esta película ha sido designada como uno de los diez mejores guiones en la historia universal del cine.
Ahora bien, confieso, que creyendo sabérmelo todo respecto del buen cine, no había visto esta película, ni tampoco había oído hablar de ella, ni aún en las acostumbradas conversaciones con amigos tanto o más cinéfilos que yo. Me ha impresionado, sobre todo, su asombrosa actualidad con lo que está pasando hoy en los medios de comunicación, pese a ser una película de hace más de cuatro décadas.
De otra parte, siempre he tenido prejuicios respecto del cine norteamericano, sobre todo, los realizados por las grandes compañías hollywoodenses. Para mi gusto, y aunque parezca una exageración, lo peor que existe en el mundo del cine, si lo comparamos por ejemplo, con el cine europeo, el ruso, y más recientemente, con el cine chino contemporáneo. Claro está, que esto sin obviar las excepciones que nunca faltan. En mi opinión, del total de la prolífica producción del cine hollywoodense, el 90%, o más, resulta ser un cine mediocre, en su gran mayoría simples bodrios que presentándonos estereotipos forzados, por un lado, banalizan nuestros gustos, y por otro, culturalmente nos empobrecen.
Como sabemos, el cine, como relato fílmico hoy, está más que nunca dividido en dos segmentos: bien diferenciados: el cine-industria y el cine de autor, entendido éste último como la película cuyo destino está en un 100% en manos del director. También sabemos que desde que Estados Unidos lanzara su fabulosa máquina publicitaria, durante las primeras décadas del siglo XX, el cine en ese país se ha transformado en un rentable negocio, el que supera, incluso, muchas otras exportaciones norteamericanas. Se ha llegado al punto de que ya no se realizan películas, sino que se elaboran productos alrededor del cual giran cientos de otros sub productos comerciales derivados: tazones, poleras, afiches, peluches, juguetes, series televisivas, incluso modas juveniles. Este fenómeno se ha multiplicado peligrosamente en el resto del cine mundial, amenazando así la forma única que tiene cada cultura de retratar la vida en su cinematografía local.
También, siempre he tenido la convicción que la mayoría de las películas ganadoras de "oscares", no son necesariamente las mejores, como han pretendido convencernos "majaderamente" el marketing y la propaganda. Sobre todo, sus últimas versiones, puesto que ninguna de ellas ha logrado permanecer o proyectarse como un “clásico” del cine, al estilo, por ejemplo, de “Sin novedad en el frente” (1930), “Lo que el viento se llevó” (1939), o “El padrino” (1972). Al contrario, las últimas versiones, pese al éxito de taquilla, al poco andar han quedado relegadas al más completo de los olvidos. Incluso se han presentado situaciones comparativas grotescas como, por ejemplo, que el Oscar a la Mejor Película, año 1976, no le fue otorgada a “Network: poder que mata”, sino que a “Rocky”, un bodrio de película, una grotesca apología de la superioridad americana, personalizada por Silvestre Stallone, un paquete de actor, uno de los más malos que ha producido el cine hollywoodense.
Por estas y otras razones, es que cuando llegó esta película a mis manos y me dispuse a verla, no me invadió aquel acostumbrado entusiasmo que lo predispone a uno cuando se apresta a ver una película que viene precedida de obtener premios oscares y una buena crítica.
Sin embargo, nada más empezaron a sucederse las primeras escenas, mi escepticismo inicial poco a poco se fue transformando en un gran entusiasmo. Desde sus inicios ya veía venir que me encontraba ante una película de excepción, aún prevaleciendo en ella aquellos acostumbrados estereotipos a que nos tiene acostumbrados el cine norteamericano.
Al final, la sensación de haber visto una película gratificante, de aquellas que nos depara una agradable sorpresa, respecto de un cine que, para mi gusto, aún mantiene una enorme deuda, con aquellos empedernidos cinéfilos que andamos buscando la “joyita”, tal o cual, para comentarla y recomendarla a nuestros amigos cinéfilos, aquellos que deambulamos, particularmente, por los círculos de la cultura underground.
Pero, volvamos a la película…
En su trama, Howard Beale (Finch), es un veterano presentador de un informativo nocturno que, despedido de su trabajo por un bajo nivel de audiencia de su programa, ve venírsele el mundo abajo. Beale, por naturaleza depresivo, y muy andado en eso de echarse algunas copas, no se le ocurre nada mejor que anunciar en cámara, a modo de despedida que, harto ya de tanta hipocresía y falta de libertad en el mundo de la comunicación, se suicidará en vivo y en directo el último día de cierre de su programa.
Este anuncio trajo preocupación entre sus compañeros de trabajo y los propios ejecutivos del canal, quienes advertían que su controvertida personalidad depresiva, podrían llevarlo a cumplir su amenaza. Sin embargo, lo más sorprendente fue que la amenaza de Beale consiguió dos efectos inmediatos: Por una parte, una inusitada reacción de protesta del público televidente, y por otra, una inesperada alza de sintonía de la alicaída audiencia del canal. Y más aún, empresas y compañías empezaron a mostrar un rápido interés por auspiciar programas, salvando al canal de su ominoso estado que lo tenía al borde del colapso económico.
Impactados por la enorme repercusión del sensacionalista mensaje de suicidio de Howard, los nuevos directivos de la cadena UBS se replantean su dimisión, reaceptándole y rediseñando para él un nuevo formato de informativos a base de “telepredicaciones”, llegando a ser conocido Beale en este nuevo formato de programa como el “poeta iracundo de las ondas:”
Gracias a unas insospechadas dotes histriónicas, Beale en su nuevo programa empieza a adquirir rápida fama. La sintonía fue cada vez más en aumento, convirtiéndose prontamente en la figura televisiva más importante de los Estados Unidos. Su programa de Lunes a Viernes, en horario nocturno, era ansiosamente esperado por millones de televidentes, transformados ahora en fieles seguidores.
Beale envalentonado por su éxito, empieza a creerse un predestinado. Mal que mal, cualquiera no llega a tener más de 60 millones de teleespectadores que sigan al pie de la letra sus consejos transmitidos por la pantalla. Con la fuerza de su palabra y una gran capacidad de convencimiento, el ciudadano norteamericano empieza a ver en él, un guía, una especie de Mesías que logra sacarlo de su marasmo y, más aún, de su ignorancia.
Sin embargo, al poco andar, sus opiniones empiezan a resultar demasiado molestas para los círculos del poder del canal y fuera de él. Los ciudadanos norteamericanos, siempre ignorante del fondo de las cosas, a través de la demoledora palabra de Beale empiezan a abrir los ojos sobre la verdadera naturaleza sobre la que se sostiene la sociedad norteamericana. Empiezan a surgir voces para poner fin a las siempre más directas críticas al sistema y el poder del telepredicador. Sus penetrantes monólogos empiezan a ser considerados muy peligrosos, por el despertar que estaba produciendo en la hasta entonces dormida conciencia del ciudadano común. Los ejecutivos deciden sacarlo del camino, eso, es a lo menos, lo que deciden proponerle al Sr. Yentzen, nuevo mandamás de la cadena USB. Sin embargo, Yentzen no está tan seguro que aquello sea lo mejor para el canal, puesto que considera “que la volatilidad de una empresa es sinónimo de debilidad”, por lo que ordena que le traigan personalmente a su despacho al telepredicador.
Se produce a continuación el encuentro entre Beal y el mandamás Yentzen, en mi opinión una escena de antología en los anales del cine de todos los tiempos. Ello por cuanto el Sr. Yentzen, en tono duro y elocuente, en una especie de monólogo-discurso, da a conocer en forma cruda la opinión que le merecen las telepredicaciones de Beale, haciéndole ver subliminalmente cual sería la línea que tendrían que seguir sus futuros discursos. Esta escena marca la cumbre de la película. El guionista introduce un monólogo de antología en los anales del cine. Un discurso, comparable tal vez con la famosa alocución de Chaplín al final de la película “El gran Dictador”, claro que con un contenido al revés, pero no por ello menos impactante y trascendente que aquel.…
Como modo de muestra, dejemos oír por propia boca del Sr. Yentzen, lo que éste le espeta en su propia cara a Beale
“…Usted es un viejo que sólo piensa en términos de pueblos y naciones. No existen naciones, no existen pueblos. No hay rusos, no hay árabes, no existen terceros mundos, ni Occidente. Existe únicamente un gran sistema de sistemas, un vasto y salvaje entretejido, intercalado, multivariable, multinacional dominio de dólares, petrodólares, electrodólares, multidólares, marcos, yenes, libras, francos, y rublos. Es el sistema internacional monetario que determina la totalidad de la vida en este planeta. Ese es el orden natural de las cosas hoy en día. Esa es la estructura atómica, subatómica y universal que configuran las cosas de hoy día. Y Usted se ha entrometido con las fuerzas primitivas de la naturaleza, y Usted debe repararlo …¿Me entiende Usted señor Beale?…
Usted aparece en su pequeña pantalla de 21 pulgadas y grita sobre América y la democracia. No existe América, no existe la democracia, sólo existe la IBM, la ITT, la Dow, la ATIT, la Exxon, etc. Esas son las naciones del mundo hoy día….¿De qué hablan los rusos en sus Consejos de Estado?…¿De Carlos Marx?…No, de sistemas de programación lineal, de teorías sobre estadísticas de problemas económicos y computan costos de sus transacciones e inversiones como hacemos nosotros. Ya no vivimos en un mundo de naciones, de ideologías Sr. Beale. El mundo es un colegio de corporaciones inexorablemente dirigidos por los estatutos inmutables de los negocios. El mundo es un negocio Sr. Beale. Lo ha sido desde que el hombre salió arrastrándose desde el barro, y nuestros hijos vivirán Sr. Beale para ver eso. Un mundo perfecto en el que no habrá guerra ni hambre, presión ni brutalidad. Una vasta y ecuménica compañía asociada en la que todos los hombres trabajarán para servir a un beneficio común, en la que todos los hombres poseerán una cantidad de acciones, con la que se le cubrirán todas las necesidades, se les moderarán todas las ansiedades y les divertirán para que no se aburran. Y yo le he elegido a Ud. Sr. Beale para predicar este evangelio”
.
“¿Y por que a mi? -pregunta Beale-, entre asustado y estupefacto. Porque sale Ud. en televisión tonto, 60 millones de personas le ven todas las noches, de los días de la semana de Lunes a Viernes”, fue la simple y contundente respuesta del mandamás del canal.
Como se ve, el discurso del magnate de las comunicaciones (encarnado por Ned Beatty) al lunático profeta televisivo es demoledor, delirante y aterrador; tal vez una de las razones por las que esta película no sea más contemplada en los programas de cine de la televisión.
Al término de la película, vemos al “poeta iracundo de las ondas” transmitiendo sus telepredicaciones en la línea sugerida por el Sr. Yentzen. Ya no critica ni al sistema, ni a los negocios ni al poder como lo hacía antes. El poder del dinero se impone sobre el poder de la palabra. Una imagen que resulta un cuadro común en nuestros días.
Una de las enseñanzas que deja esta película es que la televisión es el reino de las emociones y de las apariencias. Nos demuestra claramente, que la manipulación es el ámbito desde donde se estimulan las emociones, poniendo en crisis los mitos de la libertad y la racionalidad. Incidir sobre las emociones permite llevar a los demás a modificar sus deseos, de manera que, creyendo hacer lo que desean, hagan lo que el emisor del programa desea. Esta película resulta fundamental para dar cuenta de los efectos de la televisión en la manipulación que hace sobre los ciudadanos.
A aquellos que no hayan visto esta película, se las recomiendo para que la vayan a ver, y a los que alguna vez la han visto, que la vuelvan a ver. Los que somos cinéfilos tenemos una máxima: las buenas películas hay que verlas más de una vez., cuantas tantas mejor, pues cada vez que la repetimos, vamos descubriendo nuevas aristas que la hacen desplegar en todo su valor.

domingo, 15 de octubre de 2017

"Cuando se impone lo cinematográfico"

La gata es una película dirigida por Mario Soffici según guion de Tulio Demicheli y Roberto Talice sobre la obra teatral de Rino Alessi que se estrenó el 17 de junio de 1947 y que tuvo como protagonistas a Zully MorenoSabina OlmosNélida BilbaoEnrique Diosdado, Horacio Priani y Alberto Closas
El filme relata la historia de una mujer que vive aferrada a sus recuerdos y a la mansión donde se ocasionaron. Si bien el argumento es interesante, es el magnifico trabajo de dirección de Soffici lo que mas destaca,  alcanzando su clímax en un desenlace de antología !
Zully Moreno realiza una actuación de poderosa sugestión;  a mi juicio junto con "La trampa" y "La mujer de las camelias" entre sus mejores trabajos
















LA IMPAR TITA MERELLO

La extraordinaria actriz y cancionista  (que hubiera cumplido 113 años en este mes)  en dos vídeos impagables que la muestran en toda su dimensión.  Uno de 1981 en su clásico programa con Victor Sueiro,  donde entrevista a dos actrices "sin pantalla" por diferentes motivos  (prestar mucha atención a lo que dice y a lo que no dice en la charla con Marta Binchi por ser sintomático de la época con un cierre magistral haciendo alusión al voto)
El segundo es de 1986  (ya en plena Democracia) donde participan Juan Alberto Badia y Juan Carlos Thorry.




viernes, 11 de agosto de 2017

"LA VENGANZA Y EL RESENTIMIENTO"

La visita del rencor  (!964) es una de esas películas para mi injusta y extrañamente no valorada en su justa dimensión. Dirigida por Bernhard Wicki (director austríaco de conocidas película bélicas de la segunda guerra mundial como El día más largo - 1962 -, o los grandes alegatos antibelicistas como El  puente - 1959) - o Morituri - 1965 -) y basada en la obra de teatro "La visita de la vieja dama"de Friedrich Dörrenmatt e interpretada por dos actores de leyenda: Ingrid Bergman (en el papel de Kara, la viuda de un magnate del petróleo) y Anthony Quinn (en el de Serge Miller, ex-novio de Kara). La visita del rencor nos narra la historia de la venganza de Kara hacia Serge por una dolorosa historia sucedida en su juventud introduciéndonos en una de las características fundamentales del rencor o resentimiento y que esta película nos permite ilustrarlo de manera meridiana.

Cabe destacar que "La visita de la vieja dama" tuvo varias versiones en los teatros argentinos,  pero se recuerdan especialmente dos:  la de Mecha Ortiz en 1960, y fundamentalmente la memorable de Irma Córdoba en el Teatro General San Martin en 1976,  consiguiendo un notable suceso de publico y crítica.



lunes, 10 de julio de 2017

Morir en Venecia: Fuerza máxima

Morir en Venecia: Fuerza máxima: Por Alfred Hitchcock* “No filmo nunca un trozo de vida porque esto la gente puede encontrarlo muy bien en su casa o en la calle o incluso...


sábado, 8 de julio de 2017

VENENO Y ENGAÑO

Las Diabólicas (Henri Georges Clouzot, 1955) 
Obra maestra del suspenso, con retorcido argumento que nos sacude con sus morbosas variantes del género policial con toques de cine negro.
El guión está magníficamente concebido, lleno de intensidad en sus circunstancias y un desenlace con vuelta de tuerca incluida que deja helado.
La puesta en escena es maravillosa, los actores están soberbios en sus respectivos roles, la intriga y la elucubración se hacen protagonistas insoslayables de uno de los thrillers de sangre fría mejores forjados de la historia de la cinematografía universal.
Una cinta que absorbe en todo momento con sus situaciones, donde nada es como parece ser, donde usted debe desconfiar hasta de su propia sombra, porque es una gran equivocación confiar en el ser humano. La traición, la maquinación mortuoria, la tensión y los nervios propios del acecho psicológico de la conciencia, la vil mentira y la estrategia son los ingredientes que nutren a este menú cinematográfico de primerísimo nivel. 
Disfrútela, ingrese a su tramposo argumento... sólo una recomendación: no cuente el desenlace de lo que haya visto para que otra persona la disfrute tanto como usted.








lunes, 3 de julio de 2017

miércoles, 21 de junio de 2017

EL PODER DEL DINERO

 CASTA DE MALDITOS ("The Killing" Stanley Kubrick, 1956)


Cinco años en prisión dan para muchas ideas. Este es el tiempo que ha necesitado Johnny Clay (Sterling Hayden) para urdir el golpe perfecto. Un atraco minuciosamente preparado a un hipódromo, del que podría sacar la sustanciosa cantidad de dos millones de dólares. Tras salir de la cárcel se buscará un grupo de fiar. Cinco hombres. Nada de delincuentes habituales. Gente corriente, con empleos mal remunerados y con ganas de cambiar su estilo de vida radicalmente. Perdedores natos que se dejen embaucar a la mínima de cambio por un deslumbrante plan.


“The killing” constituye un irreprochable ejercicio de cine negro en el que el sustrato argumental, como es de suponer, no se aleja ni un milímetro de los parámetros básicos del género. A saber: actividades delictivas, estética gángster, miradas amenazadoras, diálogos mordientes, cinismo, bravuconería, vampiresas, muerte, humo, whisky, nocturnidad y alevosía.
Si a todo ello le unimos una impecable fotografía en b/n, con sus oportunos claroscuros, una atmósfera tensa, una música inquietante y ciertas dosis de acción ineludibles, probablemente obtendremos una buena película de cine negro. Tal vez incluso muy buena.
Sin embargo, el enigmático ingrediente que convierte una muy buena película en una obra maestra suele aparecer indisociablemente unido al artista. En este caso al director, Stanley Kubrick. Solo un monstruo como él podía metamorfosear una historia aparentemente tópica y convencional en un ejercicio narrativo extraordinario. Encajó las teselas de este magnífico mosaico vulnerando todos y cada uno de los axiomas establecidos, soliviantando la imaginación y la inteligencia del espectador y revelando al mundo entero las enormes posibilidades sintácticas del séptimo arte.

Sencillamente perfecta.

martes, 20 de junio de 2017

DOS EGOS ENFRENTADOS

PELEA
Extraordinaria serie sobre los entretelones de la filmación de "¿Que pasó con Baby Jane?" (Robert Aldrich, 1962) Y monumentales las actuaciones de Susan Sarandon y Jessica Lange, encarnando  (nunca mejor utilizada la palabra)  a dos monstruos sagrados de Hollywood.






Las autenticas Bette Davis y Joan Crawford en sus años de gloria;
flanqueadas por un ejecutivo de la Warner Bros.

                                 "Dos Actrices Colosales"