TESTIMONIO DE UNA ÉPOCA

"De padre desconocido" (Alberto de Zavalía, 1949)

Una muchacha huérfana (Delia Garcés) que se crió en un asilo del cual luego escapa, comienza a trabajar en una orquesta pero es acusada de prostitución y detenida. Pesan sobre ella dos circunstancias que significan un estigma social: es una madre soltera que se vio obligada a entregar su hija a un matrimonio y, ella misma, es una hija de padre desconocido que para ocultar esa filiación robó la identidad de una compañera muerta. En los tribunales se enfrentan dos visiones diferentes de la problemática social: el viejo juez (Enrique Muiño) y el fiscal (Orestes Caviglia). Para el fiscal la gente “nace buena o nace mala” y nada la hace cambiar. El juez considera, en cambio, que las condiciones sociales son las que determinan la suerte de las personas. 

Para los ojos de hoy parece un asunto muy viejo y hasta ridículo,  pero hay que aceptar que hasta bien entrada la década del '60,  el tema de las madres solteras,  los prejuicios sobre los hijos nacidos fuera del matrimonio o "hijos ilegítimos",  era un problema tabú. Y mucho mas en la sociedad "Hiper" conservadora y clasista de los '40,  que en pleno auge del gobierno Peronista, se tomaron todos estos temas como bandera política.
Con guion de Homero Manzi y dirección de Alberto de Zavalía  (que han hecho cosas mejores)  le dieron forma a este melodrama de grueso calibre  (demasiado para mi gusto)  Aún con todo vale reconocer que el film no carece de interés;  sirve como testimonio de una época en que estas problemáticas eran temas acuciantes,  y algunos momentos de sincera sensibilidad

 Y fundamentalmente un elenco de muy buenos actores: Enrique Muiño,  Delia Garces,  Orestes Caviglia,  Fernando Lamas,  Rosa Rosen,  y Aurelia Ferrer,  quienes luchan a brazo partido defendiendo sus personajes en esta propuesta que mezcla el cine de denuncia social con el viejo folletín.