No recuerdo exactamente en que año se estrenó en Argentina, 1977 o 78, pero si recuerdo muy bien que se "eternizó" en el cine Atlas Lavalle; pasaban los meses y la película seguía en cartel con enorme éxito. Aquellos fueron años muy duros para el cine argentino; solo mandaba el "costumbrismo de poca monta" de Olmedo y Porcel. Y si bien es cierto que la película de Bruno Barreto rozaba todo el tiempo lo picaresco; estaba hecha con una calidad estética y un lirismo que dejaba a "años luz" las comedias dirigidas por los hermanos Sofovich. Para un cinéfilo como yo, era muy hermoso comprobar y ser testigo, que aunque sea por una vez el cine latinoamericano había vencido al imperio de Hollywood. |
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